Entorno
Monasterio de Santa María de Huerta

El monasterio cisterciense de Santa María de Huerta se halla situado sobre la orilla derecha del río Jalón, afluente del Ebro. En terreno fértil y con buena provisión de agua, como acostumbraban hacer los monjes roturadores. Ciento treinta y seis kilómetros lo separan tanto de Zaragoza como de Madrid. Y desde Soria son ciento tres.
Solo un kilómetro y medio dista de la raya entre Castilla y Aragón. Territorio de frontera y verdadera extremadura castellana de la que Soria es punta de lanza.
Los cistercienses que han de fundar Huerta asientan en primera instancia en Cántavos, villa desierta perteneciente a Fuentelmonje y a unos quince kilómetros al norte de su actual ubicación. En 1151 el rey Alfonso VII de Castilla autoriza la fundación del monasterio. Los monjes se trasladan a Huerta en 1162 siendo Martín de Finojosa (el padre San Martín) su primer abad en Huerta quien llegará a ser obispo de Sigüenza.
Bajo la protección del rey Alfonso VIII, poco antes del inicio del siglo XIII estaba ya construido lo fundamental del monasterio.
La sobriedad cisterciense -no exenta de monumentalidad- sobresale y envuelve en los lugares en que se manifiesta en forma plena. Consecutivas obras y añadidos la enmascaran en determinados lugares; pero sin llegar a hacer desaparecer su esencia y consiguiendo un equilibrado conjunto aun hoy habitado por una comunidad de monjes blancos.